sábado, 5 de octubre de 2013

Los rayos y yo

Va a hacer un par de años asistí a un taller donde aprendí a trabajar con la llama trina y en ese momento empezó mi trabajo con los rayos de luz… Fui por acompañar a otra persona, ni siquiera estaba muy segura que querer hacer ese taller, y como sabemos que nada pasa por casualidad, una vez allí descubrí que esta nueva manera de trabajar con la energía encajaba en mí de una forma que nunca podría haber imaginado.

Aquel día me vi con un símbolo en la muñeca que ahora forma parte de mi piel y comenzó una nueva etapa en mi camino espiritual.

Después de llevar un tiempo trabajando con los rayos azul, amarillo, rosa y violeta un día haciendo una sesión sin querer empecé a trabajar con el rayo verde… me sorprendió, pero me deje fluir y pregunté ¿Quién dirige este rayo? Y sentí Rafael (el médico del cielo, por lo que deduje que era el rayo de la sanación)…

En otra ocasión con otra persona que se sentía muy inquieta empecé por instinto a trabajar con un rayo blanco, la paz y la armonía nos inundó a ambas, y volví a preguntar ¿Quién lo dirige? Y sentí…Gabriel

Y un tiempo más tarde, con una persona muy especial empecé a sentir como descendía un rayo muy potente, de un color rojo, granate, Rubí! Me costaba sostenerlo y la emoción que sentía era fuerte, muy fuerte, un amor muy intenso que hizo que mis piernas apenas fueran capaces de sostenerme, volví a preguntar por el dirigente del rayo y la respuesta fue Joshua… ese día, con mucho asombro, le comenté lo que me había ido pasando con estos nuevos rayos a esta amiga a la que acababa de realizar la sanación con los rayos de luz, le contaba con entusiasmo y con algo de escepticismo lo que había experimentado, contando que mi amiga me diría que estaba majara y que me diera una colleja para bajarme de la nube (en ocasiones creo que tengo mucha imaginación) y mi sorpresa fue cuando ella me miró, sonrió y sacó un libro de su estantería que se titulaba los siete rayos….
No podía salir de mi asombro, estaba claro que no había descubierto américa, lo que yo hacía ya había sido canalizado por otras personas, pero ese día, lo importante para mí, fue la exactitud de mis intuiciones, de los rayos que yo no conocía y de los maestros que los dirigen, ese día realmente lo que pasó es que empecé a creer realmente en mí, nada más y nada menos.

Después del asombro, me relajé, entre en estado meditativo y pedí a los maestros que me indicaran cual era el próximo paso y entonces Miguel me realizó una iniciación y pude ver como iniciar a otros…
No es que no se pueda trabajar con los rayos sin una iniciación pero entiendo que de esta forma la conexión con ellos es más potente.

Y desde entonces no he parado de trabajar con los rayos, descubriendo aplicaciones, como la protección de las casas y muchas cosas que os desvelare en mis talleres…

Gracias por dedicar este ratito a leerme, que la luz guíe tu camino.

Namasté amigos



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